TEtn los años que llevo como responsable de las políticas orientadas a favorecer la igualdad entre mujeres y hombres, he vivido muchas experiencias. Creo que todos los 8 de marzo que hemos conmemorado han cumplido su cometido y que el resto del trabajo también ha sido positivo porque nadie puede negar que la situación de la mujer hoy en nuestra región, pese a todo lo que queda por resolver, es mucho mejor que en el pasado.

Este 8 de Marzo creo que es muy especial, para mí y para mucha gente. Reconocer el trabajo que durante muchos años miles de mujeres extremeñas están realizando es, más que una cuestión sentimental, una deuda que todas y todos debemos saldar.

La campaña de este año que cariñosamente hemos llamado Abuelas Activas no es un homenaje y sí un reconocimiento que esperamos sirva para reflexionar, para darnos cuenta de que en la sociedad en la que vivimos hay muchas mujeres que jamás alzan la voz, que llevan años trabajando abnegadamente, renunciando a muchas cosas para que sus familias vivan mejor. Y si bien es verdad que es una labor que llevan a cabo voluntariamente, por el cariño y amor que profesan a su familia, no lo es menos que gracias a su trabajo hoy estamos gozando de una calidad de vida mucho mayor.

No seríamos justas si olvidásemos en este reconocimiento a los abuelos, ya que muchas veces su trabajo es tan importante como el de las abuelas. Pero, como ha venido ocurriendo desde tiempos remotos, han sido siempre las mujeres, en este caso las abuelas, quienes han llevado la carga más pesada y más ingrata.

Ningún dato estadístico contempla el número de abuelas activas. Sabemos que son muchas porque, afortunadamente, las llevamos viendo desde hace muchos años muy cerca de nosotros. Son abuelas pero también, en muchos casos, son mujeres que trabajan fuera de casa, que tienen que hacer frente a unas responsabilidades que casi nadie, salvo ellas, pueden asumir.

Desde el Instituto de la Mujer de Extremadura hemos mandado un manifiesto a los ayuntamientos. Un sencillo texto que en su mayor parte habla de las abuelas activas pero no está dirigido a ellas. Implícitamente les decimos que les agradecemos su trascendental trabajo, que el progreso de nuestra región les debe mucho e incluso que las queremos y admiramos. Todas y todos sabemos quiénes son, las conocemos porque están constantemente a nuestro lado, en nuestras vidas. Lo fundamental ahora, y eso es lo que hemos querido hacer con esta campaña es reconocerlas.

Esta es la tarea que debemos hacer personas e instituciones. Creo que lo menos que estas mujeres merecen es, además del público reconocimiento que hoy les hacemos en la Asamblea de Extremadura, ese compromiso individual y cotidiano de entender que estas abuelas activas hacen que nuestras dificultades en la vida sean menos y se merecen mucho más de lo que hasta ahora hemos sabido darles.

*Directora general del IMEX