WLwos 160 bomberos del Servicio Provincial de Extinción de Incendios (Sepei) de Cáceres inician hoy una huelga de hambre de imprevisibles consecuencias, por las posturas poco flexibles que mantienen en esta disputa laboral las dos partes: la diputación, por un lado, y los trabajadores, por otro. De entrada, algo falla en una administración pública en la que, como denuncian los bomberos, un agente del Sepei cobra menos plus de peligrosidad que un conductor o una limpiadora. Es cierto que la institución provincial ha movido ficha en los últimos días, aproximando algo su propuesta de subida salarial y de catalogación laboral a la demanda de los bomberos. Pero este acercamiento llega demasiado tarde, porque el problema está enquistado de raíz y los empleados del Sepei siguen teniendo más en cuenta los continuos desprecios del presidente de la diputación, Juan Andrés Tovar , desde hace más de un mes, que las propuestas económicas realizadas en la última semana por los diputados José Félix Olivenza y Ana Soguer para que el conflicto se desbloquee. A comienzos de octubre todo hubiera sido más fácil. A día de hoy, importa tanto el fondo como la forma y sólo un gesto personal de Tovar, acompañado de una oferta laboral seria, puede poner fin a la protesta de unos bomberos más quemados que nunca.