Me ofende a diario la osadía con que los representantes públicos adivinan, interpretan y proclaman el pensamiento popular y por tanto el mío también: "los ciudadanos no entenderían", "lo que los trabajadores defienden consiste en-". Así día tras día la vicepresidenta detalla a la oposición lo que el pueblo repudia en el PP, Leire Pajín , marisabidilla y amenazante, resume el sentir de las masas y Rajoy sabe de buena tinta que todos están hartos de ZP , cuando a mí (ni a conocido mío alguno) ninguno de ellos ha preguntado nunca nada. Ayer leí un titular de primera página en la prensa local "CCOO, UGT y CSIF dicen que el 100% de los más de 90.000 empleados públicos de Extremadura apoyan la huelga de hoy". El poder de adivinación de los representantes sindicales supera largamente su eficacia y compromiso con la verdad porque entre esos funcionarios estoy yo que no paré. Mi humilde persona sería solo una gota en el mar pero hubo muchas más. No pregunto los motivos a mis colegas esquiroles que son mayoría, aunque los sindicatos se atrevan sin pudor a juzgar las intenciones, cosa que no hace ni la Iglesia: "no la secundarán por la pérdida de salario", pero por la mañana de camino al trabajo cuando solo el 20% de profesores en mi centro estaban en huelga escuché por la radio al tierno y comprometido Jose Antonio Labordeta que padece una cruel enfermedad. Hablaba con formas impecables, voz castigada por la dolencia, amabilidad extrema y fondo incorruptible, sobre la familia, los amigos y estos días menguados. Escuchándole percibí más profundamente que nunca la relatividad de las cosas. El locutor le preguntó si él haría huelga. Contestó que no: Hoy no, con estos sindicatos que han visto crecer el número de parados hasta los cuatro millones largos y no han hecho nada. Yo, respetando a todos los huelguistas, tampoco paré y no fue por el salario. Fue porque creo que España no está para huelgas y porque no me fío de los sindicatos. Y les ruego que no hablen por mí sin preguntarme ni interpreten mis motivos. Porque eso es mentir.