Hurl Beechum (Des Moines, EEUU, 2-5-73) ejemplifica perfectamente el estereotipo de tirador en el baloncesto, una raza sometida a las rachas, capaz de perder y ganar partidos por sí solo. Beechum protagonizó el sábado ante el Caprabo el despegue del Cáceres anotando de forma casi consecutiva tres de sus seis triples. Totalmente impredecible, es capaz de alternar los partidos en los que llega a los 33 puntos con otros dos en los que se queda en blanco, como pasó hace muy poco.

Tras una gris carrera universitaria en Iowa State, hizo fortuna en el país de origen de su padre, Alemania, donde se convirtió durante varios años seguidos en el mejor triplista de la competición con el Telekom Bonn. Es histórico un partido en el que anotó doce canastas de tres, todo un récord.

Con esos avales llegó al Cáceres en el difícil reto de pelear en la mejor liga de Europa contra aleros más altos y fuertes y lo está cumpliendo con la irregularidad que le demanda el cliché de tirador. Aún así, y pese a estar tan afectado como el que más por la delicada situación económica que atraviesa su club, se ha convertido en el jugador con mayor número de triples encestados de la ACB. Su ídolo es el jugador de los Nets Jason Kidd y le gusta pasar el tiempo con su novia... y jugando a las máquinas recreativas en las que, sobre todo, se requiera puntería. Por supuesto.