El Ayuntamiento de Cáceres ha detectado que más de 6.400 inmuebles no han pagado nunca el IBI porque no estaban registrados en el Catastro. Es una situación causada, más que por su complejidad técnica puesto que el resto de inmuebles sí tienen apunte catastral, porque no se han puesto todos los mecanismos de vigilancia y control necesarios para evitar que algunos de los vecinos tengan "vacaciones fiscales". Así, hasta el 2008, el consistorio no ha exigido a los demandantes de licencia de primera ocupación de un inmueble la presentación de la declaración catastral de nueva ocupación. Si se hubiera hecho en años anteriores el ingreso municipal por el IBI sería, al menos, dos millones de euros mayor que hasta ahora. El actual concejal de Hacienda ha hecho los deberes, porque no hay mayor injusticia tributaria que el que haya absentistas fiscales, haciendo recaer el peso de la Hacienda Pública sobre unos ciudadanos y no sobre otros. Junto al elogio de la gestión de este departamento cabe hacer, y por los mismos motivos, el reproche a la gestión de la anterior administración municipal que, a la vista está, debió estar más vigilante para que no se abrieran agujeros por los que escapar a la tributación, máxime con la situación de quiebra financiera que tienen todos los ayuntamientos, no siendo el de Cáceres una excepción. El concejal De la Calle señala que hasta que no afloren todos los que tienen que tributar no se puede subir el impuesto. Tiene razón, porque sería una doble injusticia. Lo suyo sería que, al aflorar la bolsa de los absentistas, no hiciera falta la subida.