El ala derecha de la jerarquía eclesiástica española --mayoritaria por lo que parece en nuestro país-- le está echando un pulso al Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero a cuenta de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que ha empezado a impartirse este mismo curso en 3º de ESO, y que quiere convertir en la última trinchera de un combate destinado a frenar su pérdida de influencia en la sociedad y a desgastar a un Ejecutivo al que ve como enemigo.

Tras perder, en su día, las batallas contra el divorcio,la interrupción legal del embarazo y los matrimonios entre personas del mismo sexo, trata ahora de conservar para la Iglesia el monopolio de la educación moral y cívica de los jóvenes.

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, el representante más conspicuo del sector más conservador de la Iglesia española, ha llamado a los católicos a desobedecer las leyes aprobadas por el Parlamento y las normas dictadas por el Gobierno legalmente constituido.

Los padres, dijo, deben hacer objeción de conciencia para que esa asignatura obligatoria --tan obligatoria como las asignaturas de matemáticas, idioma o de lengua-- no se imparta a sus hijos. La jerarquía no ha logrado que los colegios religiosos, salvo una minoría exigua, boicoteen la nueva materia y se arriesguen a perder los conciertos educativos con el Estado. De ahí que apele ahora directamente a los padres de alumnos, tanto de centros públicos como privados concertados.

La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, ha advertido en declaraciones a este diario de que la Administración tomará medidas en caso de absentismo escolar en esta asignatura como en cualquier otra evaluable. Así, según recuerda la titular de Educación, no asistir a clase no comportará un suspenso (con dos asignaturas suspendidas se puede obtener el graduado en secundaria), sino algo más grave, la imposibilidad de evaluar al alumno.

Al cardenal Rouco Varela y a quienes le secundan en esta ´cruzada´ contra el Gobierno les trae totalmente al pairo que la nueva asignatura implantada obedezca arecomendaciones de la Unión Europea y que son aplicadas desde hace mucho tiempo en otros países de nuestro entorno para difundir entre los jóvenes los valores cívicos y democráticos. Hasta en la muy católica Irlanda está implantada, también en los colegios religiosos, y sin que nadie se haya escandalizado por ello.

La Administración, por su parte, debe velar porque los contenidos de los manuales que utilizan desde este curso los estudiantes de secundaria se adecuen a los objetivos de la asignatura. En caso contrario debe intervenir la inspección educativa de las comunidades autónomas o, en su defecto, la alta inspección del Estado.