Una perla periodística para la historia del disparate es lo que nos ha dejado el subsecretario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Manuel Lamela, uno de los hombres fuertes de Arias Cañete, no ha podido escoger mejor momento para instar a los españoles "a recuperar la ilusión por vivir y trabajar en el campo".

Ante un auditorio selecto, y dentro de unas jornadas sobre el relevo generacional en el campo y la incorporación de la mujer al agro, el responsable ministerial ha asegurado sin el mayor rubor que tenemos que ser "más agresivos y ambiciosos" para dar acceso a jóvenes y féminas al mundo rural.

Sin entrar en más detalles, pero sin salir de comunidades eminentemente agrarias como Extremadura o Andalucía, lo que sí queda claro es que no parece éste el mejor momento de hacer llamamientos posibilistas que suenan a tomadura de pelo, precisamente cuando se anuncian nuevas movilizaciones por la supresión del subsidio agrario, con comarcas enteras en pie de guerra y tras encierros de más de doscientos alcaldes. ¿De qué ilusiones habla el alto cargo ministerial?