Los estacionamientos indebidos de los vehículos de seguridad en el centro de Cáceres han llenado la paciencia de los responsables del Tráfico, que advierten que, de seguir así, la grúa podría llevarse estos furgones blindados. De llegar a tal extremo, los agentes de seguridad y su valiosa carga podrían ir a parar al depósito municipal, acompañados por la correspondiente sanción, como pasa con el resto de los mortales en la capital cacereña. Pese a esta rocambolesca medida, la decisión quiere poner de relieve que las señalizaciones de tráfico están puestas para todos, sin excepciones, y aquí no valen más blindajes que el cumplimiento de las normas, que para algo están.

Para imágenes controvertidas, las que se están dando estos días en Cáceres, donde mantillas, penitentes, nazarenos, cornetas y tambores se cruzan a diario con los más fieles a la moda y el espíritu de los sesenta en el marco del I Festival Pop-Art que se ha venido celebrando en esta ciudad. El resultado: un variopinto ambiente que ha aportado mayor interés a una semana por la que han pasado vespas y lambrettas, fiestas y concursos e indumentarias de eso que se ha dado por llamar ´aquellos maravillosos años´.