Resulta a veces sorprendente lo fácil que es quedar impune ante hechos que tendrían todas las de perder frente a un juez.

Lo ocurrido esta semana a raíz de la muerte de Bimba Bosé y los siguientes comentarios y tuits volcados en redes sociales arremetiendo contra ella y su familia suponen un atentado contra la integridad moral de unas personas que no tienen ni siquiera el derecho a defenderse de los insultos y calumnias que unos individuos escriben en internet.

Creo que ya es hora, igual que ocurre en otros ámbitos del Derecho, que se empiece a legislar con dureza y ejemplaridad ante la impunidad en la que se mueven algunos individuos, amparados por una supuesta libertad de expresión, que no es tal sino un reguero de descalificaciones solo por la condición sexual de a quien insultan. Ya he comentado en otras ocasiones que la supuesta democratización que han traído las redes sociales como Facebook o Twitter no es a veces sino un instrumento para los cobardes que se esconden detrás de un ordenador o un móvil para atreverse a decir lo que no confirmarían delante de un juez.

El uso delictivo que se hace de las redes sociales por parte de estos usuarios debería estar castigado con severidad por los tribunales, que deberían poner un punto y aparte en la espiral de violencia virtual en la que se convierten frases llenas de odio que evidencian la bajeza moral de quien se atreve a escribirlas.

Esta semana daba mucha vergüenza leer alguno de estos comentarios mientras una familia, da igual cómo se llame, lloraba la muerte de un ser querido.

Igual que hemos dicho basta de una vez a la violencia machista, endureciendo leyes y protocolos, ya es hora de que a los impresentables de las redes sociales se les ponga en su sitio. Y eso solo pueden hacerlo en este país los legisladores y los jueces.

* Periodista