Pedro Solbes y Joaquín Almunia han coincido en alertar sobre los riesgos que se pueden derivar para la economía española de las llamadas turbulencias de la crisis hipotecaria norteamericana. De momento, Jean-Claude Trichet , presidente del BCE (Banco Central Europeo) decidió ayer aplazar cualquier subida de los tipos de interés en espera de que se clarifique la situación. La palabra para definir lo que ocurre es incertidumbre . En esos términos se han expresado Almunia y Solbes machacando el optimismo del presidente del Gobierno.

La bondad de la economía española es uno de los activos del Gobierno. No parece razonable que en el plazo de tiempo que falta para la celebración de las elecciones generales se deteriore tanto la situación como para amenazar las expectativas del PSOE. Sin embargo la caída del sector de la construcción, la subida de tipos de interés de las hipotecas y el aumento del paro es un cóctel explosivo para una economía tan dependiente del ladrillo.

Una vez más la economía española con mayúsculas ha dado señales de una gran imprevisión. Desde hace tres años informes económicos de toda solvencia han alertado a las autoridades españolas del excesivo peso de la construcción en la economía española y de la existencia de una burbuja inmobiliaria que tenía sobrevalorado el mercado español.

La inmensa deuda de las familias españolas junto a la subida creciente de los tipos de interés han dibujado un escenario que ahora se complica por el temido término de la incertidumbre.

La economía tiene comportamientos emocionales. Muchas veces no ocurren las cosas porque sucedan sino por el temor a que lleguen a materializarse. Ahora estamos en uno de esos momentos en que los nervios pueden jugar una mala pasada. Lo han aviado Pedro Solbes y Joaquín Almunia. Pero no parece razonable creer que José Luis Rodríguez Zapatero les vaya a hacer caso porque piensa que aquellos no son optimistas y él en cambio sí.