Indesur, la mayor envasadora de aceite de oliva y girasol de Extremadura, ubicada en Jerez de los Caballeros, quedó el pasado sábado reducida a escombros después de que un incendio arrasara las instalaciones. Ocurrió de un minuto para otro: la nave empezó a arder sobre las 16.30 de la tarde del sábado y el fuego se extinguió diez horas después. Todavía se desconocen las causas del siniestro. Lo que sí se sabe es el daño que ha dejado el fuego: una empresa de 64 años, trabajada durante cuatro generaciones y con 60 empleados, recibe el mayor golpe de su existencia y ve tambalearse su futuro y el de sus empleados.

Sin embargo, de esta triste historia caber detenerse en un hecho que puede ser simbólico: el propietario, Juan Antonio Carrasco (en la foto), cuando vio arder su empresa dijo: "Todo se ha perdido". Después, se le quebró la voz. No podía calcular el tamaño de la devastación. Pero ya ayer hablaba de su reconstrucción. Hacía planes. Su ánimo resurgía de las cenizas de su fábrica y comenzaba a idear levantarla en otros terrenos, donde pudiera hacer unas instalaciones mayores que las de ahora... Hay una épica sobre el carácter irreductible de algunos empresarios. A veces, esa épica parece verdad. Carrasco da la impresión de que la encarna.