TEtl Supremo avala que se prohíba el nudismo en Playa de Aro, pues no se trata de un derecho fundamental. Y yo me alegro. Desde muy pequeña he veraneado cerca de una de las playas naturistas más antiguas de Europa. Comprendo que el naturismo sea una filosofía de vida. Lo que no admito es que me obliguen a mí o a mis seres queridos --sobre todo si son niños-- y en una playa familiar, a contemplar genitales, partes anatómicas que mi civilización considera, tal vez por higiene, tal vez por pudor, desde hace siglos, que pertenecen al ámbito de lo más privado y que no solo es conveniente sino también necesario llevar cubiertas. Aún recuerdo la carita de horror de un sobrinillo: --¡Mamá, he visto una madre en tetas! o el pasmo y oprobio de un tío mío muy querido, único hermano de mi madre, que fue a quejarse infructuosamente al Guardia Municipal, abrumado de que sus nietecitos tuvieran que tragarse el peregrino espectáculo de un individuo tirando a viejo, pululando por la calle en pelota picada.
Vivimos en sociedad, bajo unas convenciones por todos admitidas, y una de ellas es la indumentaria. No nos vestimos solo para abrigarnos como el hombre de las cavernas, o nos cubrimos las partes pudendas para protegerlas de lo bichejos. Lo mismo que saludamos a la gente, damos las gracias, cedemos el paso o abrimos una puerta. Lo mismo que hablamos de usted a una persona mayor que nosotros. No por sumisión, sino por respeto. La rebeldía en el fondo, no admitir la injusticia o luchar desde lo cotidiano con un sistema de cosas que consideramos injusto, como el machismo, o la desigualdad no incluye dar la nota en la indumentaria, gesto formal, gesticulante, espectacular y en cierto modo agresivo. Conviene adecuarse en el habla, el comportamiento y la ropa a la situación en que uno se encuentre. Pues cada momento tiene su afán. No se humilla uno ante el rey por ponerse chaqueta y corbata en el Parlamento europeo. Con mi respeto por Pablo Iglesias . Ni se disfraza si se pone un chaqué para recibir un Premio Cervantes. Con toda mi admiración hacia Juan Goytisolo .
