La epidemia de gripe de 1918 bautizada con humor bastante negro La Pesadilla y La Cucaracha, causada por un brote de Influenza virus A, mató a millones de personas en todo el mundo y se cebó en adultos jóvenes y saludables no en niños o ancianos. Apareció en Kansas en enero de ese año y los aliados la llamaron Gripe española porque nuestro país no censuró la información sobre la enfermedad como otros suficientemente martirizados ya por la crueldad de la Gran Guerra. Cuando la figura firme y fuerte de mi padre liquidaba todos mis miedos infantiles la historia de que la gripe se había llevado a dos tíos suyos me sonaba a leyenda de enfermedades antiguas que ya no mataban. No podía entender que nadie muriera de una dolencia que se curaba con una semana de cama, tele, visitas de la abuela y partidas de cartas. Las anginas eran un tostón, porque ardía la garganta y la fiebre quemaba pero la gripe molaba, mi abuela y hasta mi madre me mimaban, mis hermanos dejaban de torturarme y las mañanas de lectura, desayunos en la cama y melancólicas horas muertas un poco febriles me resultaban deliciosas. La gripe era un chollo, garantizaba una semana sin cole y se curaba a base de zumos de naranja, medias aspirinas de Bayer y libros de Enid Blyton . Pero los años han pasado y la terrible fantasía visionaria de Camus en La Peste amenaza de pronto a una humanidad ya bastante castigada. Un escalofrío recorre el mundo mientras Méjico se plantea cerrar los aeropuertos. Esta gripe viene de las Américas y los expertos insisten en que cogida a tiempo se cura. 149 mejicanos llegaron tarde. Algunos españoles que quisieron olvidar la crisis en la Rivera Maya han vuelto con mascarilla. El glamour de Carla , la esbeltez de Letizia , la cena en la alta cumbre se han visto anuladas por la alarma que provoca un virus de origen porcino y hermoso nombre. Triste, triste mes de mayo. Esperemos que nuestros gobernantes con prudencia, eficacia y sensatez informen y actúen. Y que nadie caiga en la tentación de intentar sacar provecho a esta nueva Cucaracha. Sería lo último.