Desde la entrada en vigor de la nueva ley Antitabaco, buena para unos y mala para otros, ha surgido un movimiento de insumisión que trata de boicotearla al más puro estilo del oeste americano, con esa actitud lo que demuestran es ser unos dictadores, intolerantes, peseteros y unos malos empresarios. Dicen que están perdiendo dinero después de solo dos días de la nueva ley, también que van a despedir a camareros para presionar al Gobierno a modificar la ley y amenazan con unirse todos los hosteleros en contra de la ley antitabaco.

Desde que se implantó la ley Antitabaco el año 2006 el 95% de la hostelería decidió permitir fumar, dejando a los no fumadores en la calle, y han tenido que pasar cinco años para poder tener el mismo derecho que los fumadores a entrar en un bar o restaurante sin tener que fumarnos sus humos, pero aun así los no fumadores respetamos la ley, ahora la situación ha cambiado y los que tienen que salir a la calle son los fumadores, cosa que me parece muy bien ya que no se está prohibiendo fumar, sino regular donde se puede y donde no.

Pero hay quien dice (con la boca pequeña) que si es tan malo ¿Por qué no lo prohíben? Y en mi opinión, si esto fuese así el problema sería aun mayor, entonces saldrían los hosteleros y fumadores pidiendo que dejasen fumar en la calle. Todo esto ocurre porque España es un país de tradiciones, costumbres y pícaros y cuesta cambiar hábitos como el tabaco, pues solo falta hacer como con los toros, declararlo de interés cultural.

Pero el problema de los hosteleros es que algunos se han acomodado con aquellos clientes fumadores que con un café o una cervecita se pasan las horas en el local, por lo tanto espero que el Gobierno haga cumplir la ley con todas sus consecuencias y aquellos hosteleros que dependan de los fumadores que mejoren la calidad del servicio o cambien de negocio, pues las leyes son para cumplirlas y primero es la salud y después los intereses económicos.

Fernando Guerrero Barrio **

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