XAx la política local le pasa lo que a las matemáticas, sobre el papel nadie osará negar su importancia pero llegados al terreno práctico ambas quedan en el capítulo del vuelva usted mañana que con tanto ahínco Larra criticó.

Y sin embargo de forma imperceptible, pero cierta, se vienen generando en las ciudades cambios políticos, económicos, sociales y culturales que provocan problemas nuevos y exigen respuestas inteligentes. La ciudad se convierte así en un escenario idóneo sobre el que desarrollar políticas desde una coordinación horizontal y transversal. Hoy existen formas de deliberación y complicidad ciudadana que permiten dar unas nuevas dimensiones a los servicios públicos desarrollando políticas referidas a la vivienda, ayuda a las familias, mayores, discapacitados, personas dependientes, niños, mujeres o inmigrantes. El llamado presupuesto participativo por el cual los administrados pueden decidir cómo y dónde se gasta el dinero público lleva funcionando hace algunos años en distintas ciudades. El invento que los socialistas cacereños incorporamos al programa municipal con el que nos presentamos a las elecciones en el 2003 parece tener muchos adeptos.

Parece llegada la hora de situar la cuestión de los gobiernos locales en el centro de las urgencias políticas y, como soñar no cuesta nada, debatir sobre la autonomía local que aún no se ha desarrollado exhaustivamente. De todos es reconocida la necesidad de determinadas reformas que afecten al ámbito local de modo que éste pueda responder mejor a las demandas.

Es un error creer que el voluntarismo todo lo puede. Si se quieren acercar competencias a los ayuntamientos también deberán llegar los medios oportunos para afrontarlas. La eficacia de cualquier administración no se mide sólo por los recursos económicos que maneja pero lo cierto es que sin ellos acabará atrayendo el juicio negativo de los ciudadanos. Y los gobiernos locales, nadie lo olvide, son los que hacen visible y cercana el valor de la soberanía del pueblo depositada en las instituciones.

Sobre estas cuestiones y algunas más trató la Convención Municipal Socialista celebrada en San Sebastián en fechas recientes. Algunas medidas propuestas, de cumplirse, pudieran ser importantes para el municipalismo: la elaboración de un Libro Blanco que luego se enriquezca con las aportaciones de cuantos estén interesados, la creación de una Conferencia Sectorial de Asuntos Locales como órgano de encuentro entre ayuntamientos y gobiernos o la constitución de una Comisión Mixta para la Reforma de la Financiación Local donde se analice el impacto que la Ley de Haciendas Locales, reformada en el 2002, ha tenido en los ingresos de los ayuntamientos, al objeto de acordar conjuntamente los criterios de compensación a los mismos por esa eventual pérdida de ingresos locales, fruto de una decisión fiscal del Estado.

Sin duda es necesaria una nueva acción de gobierno que podría pasar por la creación de unos órganos político-administrativos que tengan asignado el desarrollo urbano y la coordinación de las políticas con impacto en las ciudades. Estableciendo pautas para la mejora de los planes de cooperación local, de subvención del transporte público urbano e incluso de ayuda al saneamiento de los municipios. Y ya en la práctica diaria estableciendo un plan de regeneración y rehabilitación integral de barrios y espacios urbanos enfrentados hoy a múltiples problemas: hábitat degradado, concentración de población en dificultades, equipamientos mediocres en calidad y cantidad, etcétera. Desgraciadamente la política de la ciudad ha pasado de centrarse sólo en una concepción urbana y social a una línea marcada fundamentalmente por la ordenación económica.

Mucho queda por hacer y se requiere voluntad para hacerlo. En el análisis de la situación todo el mundo parece coincidir. Los que vivimos diariamente las ciudades sabemos de la importancia del momento y de la soledad de los núcleos urbanos frente a ciertas políticas hoy existentes. El acertar en las soluciones depende de cuantos tienen capacidad de decisión y presupuestos a su cargo. El siglo XXI bien se merece un nuevo Gobierno local.

*Portavoz del Grupo

Municipal Socialista enel Ayuntamiento de Cáceres