El director de cine Denys Arcand, canadiense francófono, conoció el éxito, hace más de 15 años, con El declive del imperio americano . Tres lustros después ha reunido en otra película --Las invasiones bárbaras -- a los mismos intelectuales de izquierdas, esta vez en torno a Rémy, profesor universitario a quien han diagnosticado un cáncer terminal. Pese a estar enfrentados, el hijo de Rémy, economista joven y rico, acude junto a su padre desde Londres. Su llegada desencadena los acontecimientos que integran los dos niveles de la película.

El primero es una crítica atroz de la sociedad canadiense: su sistema sanitario, los sindicatos, la policía... Sébastien, el hijo, solventa todos los inconvenientes que le impedirían hacer agradables los últimos días de su padre a golpe de talonario. Compra a miembros del equipo sanitario y a dirigentes sindicales. Se agencia fácilmente droga, para paliarle el dolor. No hay nada que no pueda conseguir pagando su precio.

El segundo consiste en una descarnada reflexión sobre la trayectoria vital del grupo de antiguos amigos y colegas del enfermo que, aprovechando las comodidades proporcionadas por su hijo, le acompañan en sus últimos días. "Hemos sido unos idiotas --dicen de sí-- hemos sido marxistas, existencialistas, nihilistas... No ha habido ningún ismo al que no nos hayamos apuntado". El desencanto es atroz. Entre críticas acerbas a todo (cultura, arte, Iglesia) sólo apunta una esperanza: refugiarse en la comprensión y el amor de hijos y amigos. La eutanasia pone fin a la historia de Rémy. Sus viejos amigos se quedan esperando las invasiones bárbaras. Los jóvenes se marchan. La vida sigue.