Iris Robinson , mujer del hasta ayer ministro principal del Ulster, es el último ejemplo del fariseismo, que tanto abunda en los fundamentalistas religiosos, los cuales van dando lecciones de moralidad y en la práctica son ellos los que más incumplen aquello que predican. A Robinson, que apelaba a la Biblia para justificar su puritanismo, se le descubren cada día nuevos amantes.