La madre naturaleza hizo de ella un sitio privilegiado. Por algo el rey Felipe V, durante su visita a Plasencia en los años 1704 y 1710, bajaba aquí a pasear, disfrutar de su encanto y como le gustaba mataba oropéndolas. Es lugar de encuentro para cientos de personas de todas las edades que acuden a diario a su zona de baños para mitigar el calor. Muchos no se pueden permitir el lujo de ir todos los días a la piscina municipal. También sirve para momentos de ocio. Fue gran acierto canalizar el río chico, como le conocemos los placentinos, ahora llamado Jerte y antiguamente Xerete, que quiere decir río del gozo . Felicitar tanto a quien tuvo la idea como a quien la hizo. Para sí la quisieran otras poblaciones. Seguro que la tendrían mimada. Bien por nuestro ayuntamiento en su apertura un año más con sus servicios. Primero dijo que no y luego rectificó. Aplaudir la anunciada instalación de duchas (falta hace). Pudiera haber algunas personas mayores que no se atrevan a meterse en el río y así se refrescarían. Todo lo que se haga es bueno. Con ello se acerca al lema de la ciudad que la dio Alfonso VIII: Ut Placeat Deo Et Hominibus, Para agradecer a Dios y a los hombres . BONIFACIO HERNANDEZ Plasencia