En los dos mercadillos de Badajoz, tanto el del martes como el del domingo, hay un puesto que se diferencia de los demás. Además de vender bolsos, cinturones y otros complementos, a precios tirados siempre, hay un rincón donde puedes hojear y comprar libros viejos o de ocasión. Tranquilamente y a precios para todos los bolsillos. Se trata del puesto que lleva mi amigo Jacinto Jiménez González, uno de Villafranco del Guadiana, que, además de los mercatas, se dedica a la compra-venta de libros antiguos, usados, seminuevos, revistas, cómics y láminas.

Y es un placer echar un rato siempre, ojeando y hojeando sus libros, mientras la patronal se dedica con plena libertad y sin el coñazo de nuestra presencia, a las compras cotidianas. De tal manera que muchos maromos hacen espera repartidos entre los kioscos de bebidas y el puesto de mi Jacinto. Y allí que te pueden dar las uvas, buscando por aquí y por allá libros y revistas de los tiempos del cuplé, por lo menos. Y a cuatro perras, oiga.

Con lo que el puesto de mi Jacinto debería estar subvencionado. Por el servicio que presta a los bibliófilos de toda laya y condición de este pueblo, sí, ésos que dedican parte de su tiempo libre a cosas aparentemente peregrinas e inútiles, como son los libros viejos y usados. Joaquín González Manzanares, marqués de Clot-Manzanares y otras hierbas, dixit.

Y mi Jacinto que me da su tarjeta, donde, además del movilata, la dirección postal y el correo electrónico (jimenezlibros@hotmail.com ), pone un aviso de interés: "Paso a domicilio".

Así que ya lo sabéis, colegas. Para perderse en los mercadillos, buscad el puesto de Jacinto, el librero de viejo de Villafranco del Guadiana. De nada. A mandar.

Pedro Moreno Montero **

Badajoz