Desde las diez de la mañana de ayer --sábado, 21 de febrero del 2004, no lo duden-- la pottermanía estalló por quinta vez en España, Hispanoamérica y Estados Unidos. Casi un millón de ejemplares en tres versiones diferentes en cuanto a traducciones del inglés se pusieron a la venta en las librerías. Ahora, salvo una minoría que quizá pudo adelantarse, las masas lectoras de Joanne K. Rowling (Chipping Sodbury, Inglaterra, 31-7-1965), compiten a la vez para satisfacer sus ansias de conocimiento sobre lo que ocurre a lo largo de las 896 páginas que tiene Harry Potter y la Orden del Fénix . Todo un éxito de estrategia editorial. Quizás el mayor prodigio de este aprendiz de brujo, ahora ya quinceañero, sea haber conseguido que Joanne K. Rowling pasara de pobre a multimillonaria gracias a que los Harry Potter se han convertido en éxitos mundiales.

Pero como algo tiene el agua cuando la bendicen, digamos que la autora sabe fabular en un sentido altamente positivo. Por ello se le concedieron, entre otros galardones, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y el Smarties Book de literatura infantil y juvenil. El suyo es un fenómeno que no hace daño y que aún puede ampliarse con otros dos libros que completen la heptalogía pensada en un principio.

Y si cambian las modas en las lecturas, siempre algo se habrá ganado con tanta letra.