El estadounidense John Isner ha sido, finalmente, el ganador del partido más largo de la historia del tenis, concluido ayer en el torneo de Wimbledon tras once horas y cinco minutos. Su rival y compañero durante la larga hazaña también merece un reconocimiento. Fue el francés Nicolas Mahut, quien acumuló 68 juegos frente a los 70 del norteamericano en el quinto set.