Todo un bautismo internacional fue el que recibió ayer el presidente electo José Luis Rodríguez Zapatero (Valladolid, 4-8-1960) al reunirse con los Chirac, Blair, Schröder, Powell, etcétera, que asistieron en Madrid al funeral de Estado por las víctimas del 11-M. Es precisamente la proyección internacional una de las carencias del líder socialista. Aunque nacido en Valladolid (su madre, vallisoletana, fue allí a dar a luz), Zapatero es un leonés hondamente marcado por la memoria de su abuelo paterno, natural de Alange, el capitán republicano Juan Rodríguez Lozano, fusilado por los rebeldes franquistas en agosto de 1936. Zapatero era un adolescente cuando su padre le explicó la historia familiar en clave ideológica. "Yo tenía desde muy joven una especie de deuda moral con mi familia --recuerda--. Mi abuelo se sentiría orgulloso de mí".

En cuanto tuvo 18 años se afilió al PSOE. Pudo hacer carrera como profesor de Derecho, pero en 1986 optó por ser diputado. En el Congreso, destacó como portavoz en la Comisión de Administraciones Públicas y demostró que en 1997 empezó a dispararse la retribución de los altos cargos del Gobierno del PP. Su reciente rival electoral, Rajoy, supo entonces que nunca debería de enfrentarse a él en un debate.

ANGEL SANCHEZ