La Real Academia Española (RAE) necesita científicos humanistas interesados en el idioma como José Manuel Sánchez Ron (Madrid, 1949), que acaba de ser elegido para ocupar el sillón G, vacante desde la muerte de José María de Areilza en 1998 (el poeta José Hierro, que había de sustituir al exministro, falleció sin leer el discurso de ingreso).

Sánchez Ron es catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid y, ante todo, un físico con grandes dotes divulgadoras (experto en figuras como Ramón y Cajal y Marie Curie). Su concepción del regeneracionismo de España a través de la ciencia le emparenta con Ortega y Gasset. El es pesimista porque no se le da una importancia vital al desarrollo científico como motor de la modernización del país.

Autor de libros rigurosos y amenos, en 1996 publicó el Diccionario de la ciencia, que sorprendió por su osadía. Un concepto que se explica es el perfume Chanel número 5 (el mismo al que pícaramente aludió Marilyn Monroe cuando le preguntaron qué se ponía para dormir).

Tan importante es el ser humano para este científico, que no duda en decir que por evitar el sufrimiento renunciaría a la mecánica cuántica. Claro que también añade: "También renunciaría a Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov y a El Quijote". Buen académico habemus.