Uno de los retos más importantes con los que se enfrentan las zonas rurales es la fijación de población, especialmente joven, que permita mantener una renovación generacional y cierto dinamismo, necesario para que los pueblos más pequeños de esta comunidad autónoma no tengan que cerrar sus puertas por falta de iniciativa y actividad, fundamentalmente económica.

La encuesta del Consejo de la Juventud de Extremadura (CJEX) cuyos resultados divulgó este diario no hace sino corroborar lo que sabemos quienes vivimos a diario en un pueblo de menos de 2.000 habitantes y observamos los movimientos de jóvenes, de un lado para otro, sin aspirar a nada más que sobrevivir, hasta que la rabia y la desesperación le hacen coger las maletas y buscar mejor suerte en la ciudad, buscando fundamentalmente independencia y anonimato, mejores salarios y más diversidad para su tiempo de ocio.

Los jóvenes sin estudios suelen permanecer más tiempo en el pueblo al disponer de menos alternativas formativas, y por tanto de expectativas laborales con cierta remuneración. Prueban suerte en la construcción, en la hostelería y en el peor de los casos se suman al carro del AEPSA, donde si todo va bien se apoltronan y ni siquiera se sienten tentados a mejorar su posición. Los universitarios de origen rural en muchos casos te cuentan que la ciudad debe ser su lugar de realización, aspiran a no volver al pueblo nada más que en las fiestas o los fines de semana. En algunos casos reniegan de sus orígenes y volver al pueblo a vivir significa fracaso, retroceso y pocas posibilidades de crecimiento económico.

XANTE ESTEx panorama sólo cabe profundizar más si cabe en las políticas para los jóvenes, no sólo sobre el papel (la mayor parte de las acciones y programas, específicamente los que llegan de Europa, priorizan a los jóvenes como beneficiarios) sino también con hechos. Escuchar sus propuestas y necesidades significa ganarle la batalla en muchos casos a la regresión poblacional, trabajar codo con codo con ellos permite planificar y organizar su futuro. A ver si es posible que en las zonas rurales nos demos cuenta --de verdad-- que los jóvenes son tan importantes o más que el resto de miembros de la pirámide, que necesitan de compromisos políticos firmes y exclusivos para planificar sus actividades, con recursos económicos y con participación directa en la vida social del municipio. Sólo así estaremos generando esas oportunidades que hoy por hoy no son suficientes y hacen que nuestros pueblos envejezcan a pasos agigantados. http://felipesanchezbarba.blogspot.com

*Técnico en Desarrollo Rural