Escritor

Acaban de estrenar por televisión, en el Estudio 1, la obra de Darío Fo, Pareja abierta. Con este estreno se pretende desmomificar el teatro en las cadenas españolas, pero difícilmente así lo van a conseguir, con espectáculos tan horrorosos como el que nos dieron el martes. Sacar a la Sardá de pareja de un actor que está todos los días en la palestra explicando cómo engaña a su verdadera esposa, María Jiménez, y ésta explicándonos cómo hacía el amor, o lo que fuere, este tipo con su amante y ahora verlo en la obra de Fo, está claro que Darío Fo debe execrar del teatro de sus pompas y de sus obras.

Pero es que días atrás y en el Teatro López Ayala, esa gran pareja de cómicos que forman Juan Margallo y Petra Martínez, nos hicieron esta deliciosa obra dejándolos espatarrados de cómo se hace el teatro sencillo y además lleno de intención y comicidad. Pero claro se trata de dos grandes actores teniendo que ganarse el pan con el sudor de su frente. Como saben, Juan Margallo es cacereño y uno de los tipos que han preservado el teatro de esta quincalla televisiva, que destruye cuanto encuentra a su paso. Pero es que Juan Margallo se acompaña de la mujer de su vida, la extraordinaria Petra Martínez, una actriz llena de inteligencia, de ternura, de mímica, dándonos un curso de interpretación urbis et orbe. Sobrecoge la trayectoria de Margallo desde los tiempos de Castañuela 70, manteniendo una dignidad y una calidad fuera de toda duda, un actor que forma parte de la historia del teatro, que jamás se ha vendido por unas monedillas y que entrega su corazón y su talento en todo cuanto hace, en una profesión tan dura donde puedes pasar inadvertido pese a llenar de calidad cuanto haces y la TVE, por ser quien es, nos deja secos haciendo pasar por teatro lo que no se sabe qué es. Se quejan los actores que no se hace teatro en televisión y cuando lo hacen no se está a la altura de las circunstancias. Así, no.