La profesión de diputado está cada vez más solicitada. Cada cuatro años una hornada nueva se preparara para ocupar un puesto en la Cámara extremeña para llevar a buen fin el cuento de la lechera que, en esta actividad siempre sale bien: ... luego, entre pluses, comisiones (de trabajo), reuniones extraordinarias, dietas, dedicación exclusiva y plenos, nos vamos mensualmente a unas 450.000 de las antiguas pesetas, y en cuatro años a la suculenta cantidad de más de veintiún millones de nuestras pesetitas del alma. Traduciéndolo al dinero actual, 129.000 euros que, comparados con los 23.744 que cobran el 37% de extremeños, unos 400.000 según un Estudio Socio-económico, pues para qué te voy a contar.

Estoy pensando si esos puestos, para evitar la terrible lucha de cada cuatrienio, no podrían ocuparlo por mucho menos dinero y con la seguridad de contar con experiencia y conocimientos el plantel de jubilados extremeños, curtidos en las vicisitudes de la vida diaria, conociendo los problemas y necesidades del pueblo llano por haberlos vivido, en la seguridad de que podrían hacer una papel ajustado a lo que de ellos se espera (mientras no se mueran, como alguno deseaba).

Con toda seguridad pondrían sobre la mesa los temas candentes, y teniendo en cuenta que en política lo único que hace falta es sentido común, honradez y ganas de trabajar, llevarían a buen fin todo su cometido. ¿El conocimiento técnico? La Junta tiene un magnífico equipo de profesionales.

Fernando García Martín **

Plasencia