El Papa ha nombrado cardenal a un miembro del Opus Dei que convivió 25 años con el fundador Escrivá de Balaguer y que representa las esencias ultraconservadoras de la Iglesia. Así es Julián Herranz Casado (Baena, Córdoba, 31-3-1930), arzobispo presidente de la Comisión Pontificia para la Interpretación de los Textos Legislativos, un dicasterio que se encarga de aplicar con mano firme las leyes universales eclesiásticas. Por consejo de Escrivá, se especializó en Derecho Canónico, hasta el extremo de colaborar a fondo en el nuevo código de 1983. Dentro de la curia romana, en la que lleva 43 años, fue pieza clave para insertar jurídicamente (prelatura nullius ) al Opus dentro de la estructura de la Iglesia para depender sólo de la Santa Sede y no de obispos locales.

Fue cursando tercero de Medicina cuando ingresó en el Opus, al sentirse estimulado por un artículo de un enemigo de la Obra, publicado en la revista de estudiantes que él dirigía. Vivió algo así como un síndrome de Estocolmo en plan místico. Desde que en 1955 fue ordenado sacerdote, no parece haber vacilado un instante, a juzgar por su férrea disciplina doctrinal. Aparte de ser implacable con los "desórdenes sexuales contra natura" (homosexualidad) y en cuestiones de bioética y contracepción, considera degenerados a los católicos progresistas. ¿Qué clase de Papa elegirá Herranz? Uf.