Meses después de participar en el festival donostiarra, llega a las pantallas españolas Jet lag, una comedia francesa protagonizada por Juliette Binoche (París, 9-3-1964). Si se exceptúa el caso de Claudette Colbert (nacida en Francia, pero en EEUU desde los 10 años), Binoche es la segunda francesa con un Oscar (El paciente inglés, 1996), tras Simone Signoret (Un lugar en la cumbre, 1958). Además, en el 2001 aspiró a otro por Chocolat, lo que la ha convertido en una de las estrellas europeas con más brillo en Hollywood.

No obstante, fue el polaco Kieslowski quien supo captar magistralmente en Azul (1993) la sonrisa triste y la mirada profunda de Binoche, la misma que dos años antes, en Herida, de Louis Malle, rodó con tanta intensidad unas secuencias de amor que despertaron los celos de la esposa de Jeremy Irons. El amor fou de Binoche en el cine también quedó demostrado en Confesiones íntimas de una mujer mano a mano con Beno®t Maginel, con quien meses después tuvo un hijo. La vocación artística se le manifestó imperiosamente a los 17 años. Su primera consagración llegó de la mano de Techiné, que la dirigió en Rendez-vous (1985). Desde entonces se siente realizada, y más aún si la premian: "Los premios son como la guinda del pastel, que no tiene sentido si no hay algo más detrás". En su caso, el pastel tiene mil gustos.