Julio Francisco de España Moya (Alicante, 2-2-1947) acabó el pasado jueves con la tradición de utilizar el valenciano en el juramento o promesa de su cargo de presidente de las Cortes Valencianas. Ninguno de sus predecesores (un socialista, dos regionalistas y un popular) se había atrevido a tanto en 20 años. Julio de España no sólo no se amilanó, sino que cortó de manera tajante la palabra del parlamentario Joan Ribó, que le pidió que rectificase.

Dirigente provincial del Partido Popular y peón de confianza de Zaplana, el médico digestólogo De España se dedica en exclusiva a la política desde que en 1991 fue concejal de su ciudad. Cuatro años después, accedió a la presidencia de la Diputación de Alicante. En este cargo (que ha regentado hasta ahora) se mostró como un furibundo alicantinista (alicantonista, según sus sarcásticos rivales), capaz de intentar en vano la creación de un himno de la provincia. Siempre reacio a miras más amplias, De España rehúye el término Comunidad Valenciana y prefiere emplear circunloquios como "el ámbito comunitario", para que "la provincia" no pierda su nombre.

A pesar de ostentar un cargo autonómico por encima de lo provincial, De España no da oportunidad alguna a la duda: "Yo siempre lucharé por Alicante desde Valencia". Por descontado que Castellón no existe para él.