WCw uando se cumple un año del inicio de la revuelta de los suburbios, Francia revive los hechos. Desde hace días vuelven a ser noticia los incidentes en las banlieues. Aunque la revuelta no ha alcanzado la intensidad del año pasado, los actos de violencia son más graves y tienen similitudes con la ´kale borroka´ que grupos radicales practican en las calles de Euskadi. En las últimas horas, por ejemplo, se han quemado en Francia cuatro autobuses por parte de grupos, en algún caso pistola en mano, que han hecho bajar a los pasajeros antes de prender fuego a los vehículos. Es decir, la estrategia ha cambiado y, en lugar de emprenderla con los coches privados, ahora el objetivo son los autobuses de las empresas de transporte. La policía cree que los ataques actuales están dirigidos por bandas mafiosas ajenas a cualquier reivindicación social que "declaran la guerra a la República". Por lo que se ve, las ayudas a los barrios marginales han sido insuficientes, ya que no se puede resolver en un año una situación de exclusión que proviene de al menos tres décadas atrás. Porque, más allá de la actuación de las mafias de la droga y de la economía sumergida, que existen, el problema de fondo es la exclusión social. Y ahora la situación puede agravarse por la larguísima campaña electoral que se ha iniciado ya y no terminará hasta junio del 2007. Mientras la derecha no ve otra solución que el incremento de la represión, la competición entre los diversos candidatos socialistas puede inducir a la tentación de mirar hacia otro lado en lugar de proponer medidas para afrontar el problema de fondo.