La supresión del Ministerio de Agricultura, materia incluida ahora en el Ministerio de Medio Ambiente, Marino y Rural, tiene preocupados a los agricultores extremeños, que ven en la desaparición de esa cartera --clásica entre las clásicas-- una declaración de intenciones del nuevo gobierno en el sentido de colocar en un segundo plano los problemas del sector agrario español.

Nada indica que se tengan que cumplir esos presagios, pero tampoco hay que echar en saco roto el sentimiento de orfandad cuando uno no ve representado en el Consejo de Ministros "lo mío", máxime cuando "lo mío", en una región como Extremadura, representa más del 8% del Producto Interior Bruto, la tasa más alta de España y, además, está tan estrechamente ligado a decisiones políticas que se cuecen en Bruselas, en las que interviene el Gobierno.

La desaparición del Ministerio de Agricultura del nuevo Ejecutivo de Rodríguez Zapatero es una circunstancia que hará que los agricultores observen con menor benevolencia la gestión que a partir de ahora haga Elena Espinosa, aunque haya sido ella la que ha llevado Agricultura en los últimos cuatro años.