La baronesa Thyssen ha sacado menos tela de la que esperaba por la subasta de 'La esclusa', una de las obras maestras del gran paisajista inglés John Constable. La puja, cerrada el martes en la sede londinense de Christie´s, se saldó por 27,8 millones de euros, unos tres millones menos de las cuentas que Tita Cervera había echado por la venta de un cuadro que ha ocasionado un revuelo considerable: los entendidos alegan que es imperdonable haberse desprendido de un diamante del patrimonio, mientras que el patrono del museo ha dimitido dando portazo y diciendo que la viudísima no tiene pajolera idea de arte. Si la baronesa está lampando, cómo no andará la clase de tropa: el Instituto Nacional de Estadística acaba de hacer público que, por primera vez desde el 2000, las familias españolas han gastado más de lo ingresado. Y no para irse de vacaciones a Marina d´Or. Debido a los recortes salariales y a la subida de los impuestos, unos 911 millones de euros ahorrados se han ido por el desagüe de la mera supervivencia en el primer trimestre del año. Cada uno tira de lo que puede. Unas, de la pinacoteca familiar; otros, del calcetín, el colchón o la baldosa.

Llama la atención que mientras se venden las joyas pictóricas de la corona, nos visite durante el verano, en régimen de alquiler y precisamente en casa de la baronesa, una retrospectiva de Edward Hopper, el retratista de la gran depresión norteamericana. Hopper es el pintor del sentimiento de pérdida y la ausencia. De las mujeres que leen en habitaciones de motel. De hombres que parecen viajantes de comercio con la mirada perdida. De la soledad y la espera aconteciendo. De las maletas nómadas a punto de volar. De la cotidianidad tranquila solo en apariencia. De la luz fría en el amanecer de una nueva jornada. De las parejas que no hablan, atrapadas en un equilibrio triste, justo en el momento previo a que se venga abajo el frágil andamiaje que las sostiene. Suelo creer poco en las casualidades, y me temo que Hopper también habría hallado inspiración en estos días para remachar sus atmósferas.