TEtstimado señor presidente de la Junta:

Esta semana hemos comprobado que usted ha entrado en la edad de la experiencia del ejercicio político. Como los grandes maestros del arte en su madurez, que en lugar de avanzar e insistir en figuraciones, abstractos, collages o las instalaciones, vuelven a lo sencillo, al rasgo, al dibujo transparente, a definir en dos pinceladas, es decir a la esencia de sus principios, usted, don Juan Carlos, ha resuelto un inicio de crisis en el segundo escalón del Gobierno regional, colocando un trazo de rotulador sobre Leonor y escribiendo un nombre al lado: Javier. Personalmente, señor presidente, creo que usted, cada día, tiene más claro con quién se juega los cuartos. No quiero decir con ello que no se equivoque al tomar esta o parecidas decisiones. ¡No hace falta que le pellizquemos para saber que usted es humano¡ Me consta, además, que no le gusta que le comparen con el dios Felipe, ni que los indios que le rodean le estén supervalorando siempre. Pienso yo que usted acierta en un buen porcentaje de las decisiones por su olfato político de años, por la experiencia acumulada y porque, seguro, habrá un grupo reducido de personas con las que usted comparte, aunque sea mínimamente, eso que se llama la soledad del guerrero y la toma de algunas decisiones. Espero que no se moleste usted conmigo pero he llegado a pensar, don Juan Carlos, que usted, en un ejercicio de control mental es capaz de adivinar lo que están pensando en la tribu popular para hacer lo contrario y acertar.

"Con las cosas de comer no se juega," le escuché decir más de una vez. El tema de las viviendas a 60.000 euros, junto a ese plan especial de Extremadura que lleva usted persiguiendo largo tiempo para que genere ilusión en jóvenes, mujeres y parados por encontrar su futuro en la región y la superación del fracaso escolar que no cesa, forman el tríptico imprescindible de su devoción política regional. El que esta semana alguien haya puesto en peligro que una de las piezas perdiera el equilibrio nos ha enseñado dos cosas; una: su mano no tiembla, cosa que da confianza y credibilidad. Dos: la oposición se tambalea y donde dijeron digo --cuando descalificaban por falta de experiencia a la nueva consejera de Educación--, ahora han dicho diego, al reprocharle que nombre usted para la Agencia de la Vivienda a una persona de probada experiencia técnica y de gestión. Me despido ya de usted, don Juan Carlos, no sin antes desearle un fin de semana tranquilo con su familia tras el disgusto sufrido por haber tenido que cesar a una persona que aprecia y con la que ha compartido el gobierno de la región. Le saluda atentamente.

*Periodista