Periodista

Y la foto se hizo. Tenía que suceder. Tarde o temprano el presidente de la Xunta y el comisionado del Gobierno para la crisis del Prestige tenían que encontrarse y estrecharse la mano para dejar constancia gráfica. No se hubiera entendido lo contrario. Y aunque ahora haya sobradas razones y lógicos motivos que lo justifiquen, el peso de la historia que refleja la imagen más parece lastre que esperanza.

De nuevo juntos, como antaño, Fraga Iribarne y Martín Villa trabajando al unísono para aclarar (¿o tapar?) la página más negra de nuestro medio ambiente.

Y como si el tiempo hubiera congelado nuestras miradas, se nos muestran públicamente contraviniendo las leyes laborales de obligada jubilación para los humanos. El resto.