WLwa crisis surgida a raíz de que el concejal de Hacienda de Cáceres, Felipe Vela , abandonara la disciplina del PP y lo dejara sin la mayoría absoluta, ha tenido un desarrollo inusual. El que el secretario general del PSOE en la región, Juan Carlos Rodríguez Ibarra , ofreciera ayer al alcalde cacereño el voto de un concejal de su partido para sacar adelante sus proyectos, restituyendo así de facto la mayoría absoluta perdida con la desafección de Vela, es un gesto sorprendente, pero que pone mayúsculas a la política. Lo que ha hecho Rodríguez Ibarra es comprometerse con lo que tantas veces han oído los ciudadanos que se comprometen los políticos para luego traicionar sus palabras: hacer prevalecer la voluntad de los cacereños --que mandaron al PP a gobernar sin necesidad de apoyos externos y al PSOE a la oposición--, por encima de los intereses de su partido que, lógicamente, aspira a detentar el poder. La política española no está acostumbrada a ver cómo un partido renuncia, por defender el mandato de las urnas, a sacar ventaja de la debilidad del adversario. Y eso fue lo que dijeron ayer los responsables locales y provinciales del PSOE que harían al renunciar a una moción de censura, dando éstos y su jefe regional una lección de democracia.