LECTORES

Jacinto Guillén Regodón. Don Benito

Leo con frecuencia en la prensa las acusaciones y recriminaciones por parte de personas y grupos homosexuales contra todo aquél que, en nombre propio o en el de alguna institución, desaprueba la reivindicación de dicho colectivo para que las leyes civiles recojan en su ordenamiento la relación afectiva entre personas del mismo sexo bajo la figura jurídica del matrimonio. A mi juicio tienen todo el derecho del mundo a pedir lo que a ellos les parece natural y vivir como a ellos se les antoje: ¡Viva la libertad!

Yo también tengo derecho a expresar que esas relaciones no tienen nada de naturales: son antinaturales. Y si esas personas, que merecen por mi parte todo el respeto del mundo, desean que el hecho de su vida y obligaciones que ellos crean convenientes, que busquen un nombre específico, pero no pretendan llamarlo matrimonio, porque no lo es. Los millones de hombres y mujeres que a lo largo de los siglos hemos contraído matrimonio, tenemos el derecho inalienable a que lo nuestro no se confunda jurídicamente con lo de otros, aunque algunos legisladores complacientes piensen lo contrario.

VIRTUDES Uso y abusode la hipocresíaJuan A. Collazos García. MéridaHay actitudes en la vida sobre la que pasamos de soslayo. Entre éstas está la hipocresía. Sabemos realmente qué es la hipocresía. Los evangelios dicen que el hipócrita es aquella persona que se niega a aplicarse a sí mismo el rasero que aplica a los demás. Jesucristo criticaba duramente a los fariseos hipócritas. Quevedo decía: "Qué esperanza es la del hipócrita, dice Job: pues ni la tiene por lo que es, pues es malo, ni por lo que parece, pues lo parece y no lo es". Benedetti decía que de la hipocresía se habla poco y se practica mucho. La Real Academia Española de la Lengua define la hipocresía como el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.Algunos de los que van a misa de doce con chaqueta y corbata azul, de los mayores, de los docentes, de los políticos, de los periodistas o de los pseudoperiodistas..; en una palabra, creo que una parte importante del ser humano en general, usa y abusa de la hipocresía, pero cuando éstos, "los ejemplares únicos", están todos los días dando lecciones de virtudes, uno llega al hastío y al desprecio.El río Guadiana, a su paso por Mérida, lleva unos años formando demasiados remansos de hipocresía. Espero que las lluvias limpien ese fangal, ya que las aguas remansadas se pudren y por lo tanto, huelen mal.