URBANISMO Muerto en la ronda Norte

Concepción Curiel Sánchez. Cáceres

Los vecinos del residencial El Arco o RR-66 llevamos soportando cuatro años las molestias de las obras de la ronda Norte de Cáceres, y al finalizar tales obras, estaremos en una hermosa isla entre esta carretera y la de Salamanca.

Al salir de la rotonda de la Sierrilla el movimiento de tierra fue muy peligroso por lo que hubiera necesitado un cerramiento con vallas metálicas, ¡pero no!, la protección sólo se limitaba a una banda de plástico y en algunos tramos ¡ni eso! Tremenda irresponsabilidad del que procediera tal decisión.

Mi marido Angel Vega Alonso quiso acortar el trayecto para ir a casa de su hijo y un paro cardíaco le produjo la muerte instantánea en un recodo entre dos desniveles, donde no lo encontraron ni unos obreros que trabajaban a 40 metros, ni los familiares y amigos que nos volvimos locos buscándole; los perros de unos vecinos le hallaron 45 horas después y con temperatura de 45 grados; ¡no tiene nombre! Se hubiese muerto igual pero al lado de la valla donde se le habría visto antes.

¡Qué ironía!, cuando estaba todo llano y se veía perfectamente toda la explanada y alrededores las pusieron, ¿para qué?

Han pasado 15 meses y ningún responsable de tal obra ha tenido la delicadeza de dirigirnos unas palabras de disculpa porque un ser humano muriera en una ratonera no por caerse, sino por no estar debidamente cerrado.

Sólo deseo que esto no vuelva a suceder, pues dice muy poco de los que proyectan tales obras, más dentro de una población.

APOYO Información objetiva

Ramón Alvarado. Mérida

Quiero mostrar mi apoyo al periodista de EL PERIODICO EXTREMADURA César Peguero ante los ataques mediáticos que está sufriendo por parte de ciertos personajes de la ciudad de Mérida, simplemente por tratar una información de manera objetiva, seria y alejada de amarillismo.

Está dando bajo mi punto de vista (y me consta que bajo el punto de vista de mucha gente de Mérida) un ejemplo de independencia, profesionalidad y sobre todo de carácter e integridad, por no someterse a las presiones que está recibiendo por gente interesada en que la verdad no se difunda. En mi opinión alenta a personas como yo a pensar que todavía queda algo de decencia dentro del periodismo. ¡Animo, César!