SELECCION GENETICA PARA CURAR

Golazo a la Iglesia

Fernando González Espinosa

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Golazo de la ciencia a la Iglesia. Esta semana ha nacido un bebé llamado Javier. De su cordón umbilical pueden extraerse células madre con las que puede salvarse la vida de su hermano. Doble felicidad para la familia: nacimiento de un hijo y la esperanza de vida del que ya tienen. ¿Qué gran noticia, no? Pero a la Iglesia y a algunos retrógrados cuya mentalidad quedó en el siglo XX no les parece bien, ya que consideran que si el hijo mayor está enfermo, es porque Dios lo ha querido, y si muere, es porque Dios lo quiere así. Estos son quienes están en contra de la ciencia, pero van al médico cuando están enfermos en vez de rezar a ver si pasa el dolor. ¿Por qué no eliminar de un feto un gen que derivará en un cáncer? Mi enhorabuena a quienes han hecho posible este ¿milagro? Ah, perdón, hay quien piensa que solo Dios los puede hacer.

Los otros hermanos

Gonzalo García

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Tras alabar sin límites el logro, las autoridades y la mayoría de medios dirigen ahora toda su artillería hacia quienes se han atrevido a arrojar sombras sobre el triunfante discurso oficial, principalmente la Conferencia Episcopal y organizaciones defensoras de la vida humana en todos sus estados de desarrollo.

Dice Chaves que es inadmisible que se critique que "la ciencia ha conseguido que un niño que podía haber nacido enfermo nazca sano". Miente. Ni se critica que nazca sano ni iba a nacer enfermo, porque los enfermos fueron sus hermanos que, en un acto de eugenesia, fueron desechados. Dice la consejera Montero que es incomprensible que la Iglesia demonice el ganar una vida sana y salvar la del hermano enfermo. Miente, pues lo que se critica es que para ello se eliminen otras muchas vidas. Y dice que "cualquier padre haría lo mismo". Bórreme de su lista.

En cuanto al director gerente del hospital, dijo: "Pregunte a los padres qué piensan sobre poder salvar a un hijo enfermo y tener uno sano". Eso no lo discute nadie. Pero para ello eliminarán en el camino a otros 20.

LA CRISIS

Quiero ser banquero

Juan J. García Martínez

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Es vergonzosa la inyección de liquidez que se ha dado a las entidades financieras. Sin embargo, mi duda se centra en si el dinero prestado se devolverá con el interés que marca el euríbor y quién lo controlará, como todos los ciudadanos que devolvemos los préstamos hipotecarios. Así yo también me hago banquero. ¿Qué ocurre con el reparto de dividendos de estas entidades durante estos años? ¿Acaso debemos recurrir a la desobediencia civil?

Coartada perfecta

Pedro Serrano Martínez

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Por puro sentido natural de la justicia, cualquiera puede entender que lo justo es castigar a quien causa un daño e indemnizar a quien lo sufre. Sin embargo, en las últimas fechas, estamos asistiendo a decisiones políticas paradójicas que dejan a la ciudadanía perpleja: se premia con ingentes cantidades de dinero a quienes, por avaricia e irresponsabilidad, han provocado la crisis financiera y se deja a su suerte a los que sufrirán las consecuencias de esas malas prácticas.

La controvertida decisión de inyectar dinero al sistema financiero es aplaudida y justificada --sin rubor-- por los poderes económicos y políticos, argumentando que sin estas medidas el riesgo de colapso del sistema sería inminente y perjudicaría gravemente, sobre todo, a los más desfavorecidos: una coartada perfecta.

Por otra parte, en estos momentos de crisis y de incertidumbre, lo lógico sería cuestionar el modelo económico y corregir las reglas de juego que se han estado utilizando. Pero me temo que lo que realmente importa y preocupa en estos momentos es que todo vuelva a ser como antes; que la locomotora del sistema vuelva a coger velocidad, aunque ésta nos arrastre al precipicio.