REPLICA A ´LA ENSEÑANZA

CONCERTADA: ALLA ELLOS

A Máximo Pulido,de un profesor

Enrique Silveira Torremocha

Cáceres

La lectura de su artículo verifica dos realidades que, de tiempo atrás, vienen manifestándose: la ignorancia que exhiben algunos docentes sobre la conformación del sistema al que pertenecen y el absurdo recelo que muestran hacia unos profesionales que no hacen sino compartir las miserias de este arduo trabajo.

Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento del sistema educativo debe llegar irremediablemente a la conclusión de que el concierto se creó para asegurar una plaza en la enseñanza a todos los españoles en edad escolar, y, de paso, abaratar de manera extraordinaria el coste de la educación, ya que un alumno de un centro concertado, con el más riguroso de los cálculos, cuesta cinco veces menos que uno de la pública. Es sencillo entender por qué los diferentes gobiernos que desde aquel tiempo han dirigido los designios del país han estado tan de acuerdo con la pervivencia del sistema: si se reduce el gasto sin disminuir la calidad, todos contentos.

Puede suponerse fácilmente cómo se consigue esa reducción de gastos: jornadas laborables interminables y un sueldo que envidia a cualquiera al que se compare sea docente o no.

Cansa sobremanera escuchar que los centros concertados realizamos nuestra función al abrigo de una ideología que deja a un lado las obligaciones que imponen las instituciones; nada más lejos de la realidad, pues las normas se cumplen en estos centros con absoluto rigor (el acceso del alumnado se realiza al amparo de la consejería y sus estrictas normas y le aseguro que no investigamos ni la raza ni la condición social de los admitidos y es un insulto suponer siquiera lo contrario). Eso sí, nuestros medios son escasísimos y solucionamos un sinfín de problemas sólo con nuestra entrega y profesionalidad; aun así, los centros concertados vemos denostada nuestra labor y se nos presenta como privilegiados cuando somos justo lo contrario. Si exigimos mejoras en nuestras condiciones se debe a que albergamos un gran sentido de la responsabilidad y de la dignidad profesional.

Visítenos, señor Pulido, entérese de cómo vivimos y luego emita un juicio, pero basado en el conocimiento de los hechos y no en el valor que insufla la ignorancia.

Profesor del Sagrado Corazón de Jesús.

Desconocimiento

Víctor Rodríguez Corbacho

Presidente de Adecex

Máximo Pulido hace manifestaciones que parecen obedecer a un profundo desconocimiento de la realidad de los docentes concertados, y despliega su fuerza contra el trasero de los trabajadores que están en la enseñanza concertada.

Sabe que Adecex denunció que en 2004, 2005, 2006 y 2007 no hubo ni un solo euro en concepto de homologación retributiva por parte de la Administración y señaló a los sindicatos como cómplices de la situación, por dejadez.

Como aprecio a todos los que tiran hacia delante de los centros concertados de Educación Especial, me parece directamente un insulto que diga: "No osen reclamar un solo céntimo de los dineros públicos. Ni la Administración se atreva a dárselo; sería tanto como financiar actitudes que están a un paso de la segregación, la discriminación y la exclusión social".

Erigirse en azote contra la discriminación social y a la vez exigir a la Administración que la ejerza contra los docentes de la enseñanza concertada es tal contradicción, que no precisa nuestra calificación.

Adecex (Asociación Docentes

Enseñanza Concertada Extremadura).

MEMORIA HISTORICA

Fosas silenciadas

Diego García Domínguez

Correo electrónico

Hay quien se apoderó de la marca democracia, se les llenó la boca con ella y se mueven muy bien por ella, algunos personajillos que se creen que están por lo alto (se lo creen lo de supremo ) y deciden si los pilares democráticos que han construido desde la transición a su medida, son inamovibles, no señores de negro y ridículo gorro, la democracia con que tanto se os llena la boca está cimentada sobre las fosas de la gente que luchó por la verdadera democracia que otros personajes que descansan en panteones les quitaron. Algunos de ustedes, que se creen divinos o supremos, defienden el olvido de nuestros muertos, el aquí no pasó nada. Ustedes como juristas saben que si no hay muerto no hay crimen, ¿es lo que defienden acaso?