ANIVERSARIO DEL 11-M

Monumento olvidado

Manuel Cañedo Gago

Madrid

Cada vez que paso por la estación de Atocha, de Madrid, y veo el estado de abandono del monumento en recuerdo de las víctimas del 11-M, me pregunto en qué han quedado tantos mensajes de apoyo, las miles de velas encendidas y los homenajes. Dos años después de su inauguración, el monumento es hoy un lugar con puertas de acceso inutilizadas y cierres constantes al público bajo excusas que no convencen, fruto de la desidia en el mantenimiento. En el quinto aniversario del trágico atentado, el mejor tributo que se puede rendir a las víctimas es la recuperación del monumento, lugar de paso de viajeros de todo el mundo, para convertirlo en referente y muestra inequívoca de que en España el destino de las víctimas del terrorismo nunca será el olvido.

EL DIA DE LA MUJER

Palabras, no; hechos

David Creus

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El Día de la Mujer no debería existir. Seguiremos recordando que mueren de manos de inconscientes que se creen, en el siglo XXI, que las mujeres les pertenecen, que son las encargadas de la educación de los hijos, de que no les falte a los machos el plato en la mesa, de que sus camisas estén planchadas y mil tareas más, desagradecidas pero muy necesarias. Sin apenas ayudas y combinándolo con sus propios trabajos. ¿Por qué no evolucionamos? Lo que se necesita ya no son palabras, son hechos: un mayor control de las sentencias, una ayuda para que puedan subsistir por ellas mismas y, sobre todo, encerrar a estos energúmenos el mayor tiempo posible. Agradezco a todas las mujeres el estar en el mundo, empezando por la que me dio la vida y que, junto con mi padre, me enseñó a caminar por ella. Sin ellas, no seríamos nada, y les pido disculpas por no entender antes el gran error que hemos cometido la mayoría de hombres al pensar que somos el sostén de la familia. La felicidad debe pasar por compartirlo todo: planchar, trabajar, formar parte de la educación de los hijos... Todo.

APLICACION DE LA LEY DEL TALION

Venganza intolerable

J. María Calpe Santacana

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He quedado abrumado al leer la noticia sobre Ameneh Bahrami, la mujer rociada por despecho con ácido en la cara. Esta historia nos muestra la degradación más absoluta de la condición humana. Por parte del agresor, por cometer un crimen de una crueldad intolerable. Y por parte de la víctima, que solo espera encontrar el consuelo (inútil, por otra parte) en un acto de pura venganza. Nuestra sociedad tiene un dilema con este caso, ya que, si bien hay que aliviar y tratar el mal ocasionado a estas mujeres, no podemos aceptar que alguien que viva entre nosotros aplique la ley del talión. Estas prácticas deberían ser perseguidas legalmente en España, aunque sean legales en su país de origen. Si al final lleva a cabo su venganza, Ameneh debería ser expulsada. Esta no es un historia conmovedora, sino de horror absoluto, y acabará en un escena estremecedora, con Ameneh echando con un cuentagotas el ácido corrosivo sobre los ojos de su inmovilizado agresor/víctima.

Derechos humanos

Daniel Cazorla

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Ameneh Bahrami, la ciudadana iraní que podrá ejecutar una sentencia que, según la ley islámica, le permitirá dejar ciego al criminal que con un ácido la dejó ciega y le quemó las manos, se ha sorprendido de que en España haya gente que no comprenda su deseo de ejecutar dicha sentencia. No se trata de comprender nada, solo de saber que en este Estado de derecho que la acogió y le proporciona una prestación de 400 euros mensuales (según un informativo de RTVE), se cumplen los derechos humanos básicos. Me parece fantástico que España ayude y acoja a inmigrantes, pero no que apoye a criminales; dejar ciego a alguien de manera irreversible, por el motivo que sea, aquí es un crimen. No hablamos de que los españoles comprendan el deseo de la señora Bahrami, sino de que ella entienda dónde vive y que esa ley que reclama no es posible en España.