LA POLEMICA DE VIC

Los inmigrantes son personas

Felisa Bacas Leal

Navalmoral de la Mata

Los derechos son creaciones humanas construidas a lo largo de la historia, invenciones que se realizan en un proceso que continúa hoy aún, a veces con sufrimiento y siempre gracias al esfuerzo denodado de mucha gente, para tratar de mejorar la vida individual y favorecer la convivencia.

Cada vez que nos otorgamos un derecho damos un paso más, nos hacemos más civilizados . Pero el disfrute de los derechos es mancomunado, no podemos afirmar que un derecho está plenamente asumido si no es universal, por eso aún nos queda camino por recorrer.

Olvidamos que las personas inmigrantes, en su gran mayoría, están realizando una aventura arriesgada, dejando su país, atravesando un sinfín de vicisitudes y dificultades, y que tienen como proyecto personal, mejorar sus condiciones de vida, es decir disfrutar de los derechos. Por eso es para nosotros un orgullo compartir con ellas.

Derechos básicos de los inmigrantes

Jesús Alvarez Gómez

Badajoz

Negar la inscripción en el registro significa negar de forma absoluta los derechos que los inmigrantes tienen hoy por hoy reconocidos en la Ley de Extranjería, como es el derecho a la salud y a la educación.

También viola tratados internacionales ratificados por España, como la prohibición de discriminación contenida en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, y en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Aunque el alcalde de Vic ha acatado finalmente la ley y retirado su propuesta, viene bien reflexionar un poco sobre este asunto, y no sólo recordar que las leyes deben ser acatadas. ¿Dejan de existir las personas por no estar inscritas en un registro? ¿Desaparecen sus necesidades, sus anhelos, sus sufrimientos porque sus nombres no figuren en ningún lado, aunque estén entre nosotros? ¿Podemos ignorarlos y negarles derechos básicos como el de la salud o la educación? Tenemos que aspirar a una sociedad justa y humanitaria, y para ello hay que ser solidarios y ser capaces de ponernos en el lugar de los otros, para así poder comprenderlos y ayudarlos. Tenemos que respetar los derechos humanos de todos, y en este todos están también los emigrantes, tengan o no tengan papeles.

Miembro del grupo

Amnistía en Badajoz.

RESIDUOS RADIACTIVOS

Lo peor para Cataluña

Raúl Sabaté

Correo electrónico

Saber que todos los residuos radiactivos de España vayan a parar a Cataluña es más grave que el hecho de que Salamanca no nos devolviera los papeles, que la línea de muy alta tensión en las comarcas de Girona no vaya soterrada, que el impacto ambiental del túnel de Bracons, que un tren pase por debajo de la Sagrada Familia, e incluso que Carod-Rovira hable con unos terroristas. Además, no se puede decir que todos los residuos vayan a Ascó, porque esto no solo tiene un alcance municipal. Me parece que esta noticia debería poner a Cataluña en pie de guerra. Desde la Ribera d´Ebre pedimos a todos los catalanes que se solidaricen y nos ayuden. Tenemos ya tres reactores nucleares en la provincia, electroquímicas, petroquímicas y térmicas proyectadas.

Nuclearizados

Manuel Adelantado Molero

Correo electrónico

Las centrales nucleares pasarán, no tienen futuro. Lean el impresionante libro El espejismo nuclear , de Marcel Coderch, si no lo creen. Tras el cese de su actividad, la central podrá desmantelarse unos decenios después, y algún día el territorio que la albergó podrá olvidarse de su oscuro pasado. Pero el cementerio nuclear será eterno. Decir que el almacén nuclear es para 60 años es perverso. Los residuos serán peligrosos durante 240.000 años. Lo que ocurrirá en 60 años será la necesidad de renovar la instalación, forzada por el severo deterioro que habrá sufrido en ese tiempo. Pero el emplazamiento ya no habrá quien lo mueva. Una vez nuclearizado el territorio, y vistas las consecuencias, ¿qué municipio tomará el relevo? Quienes vendan su pueblo por unos millones para albergar residuos radiactivos, pueden tener la certeza de que eso será lo que dejarán en herencia para la posteridad: un monocultivo nuclear que ahuyentará cualquier otra actividad. Triste legado por unos escasos 50 años de producción eléctrica, que hoy sabemos generar de forma mucho más respetuosa para el entorno.