FAMOSOS MEDIATICOS

Quiero ser princesa

Beatriz Fernández

Correo electrónico

En los tiempos que corren, me indigna cada día más la presencia de ciertos personajes en la televisión. Hace varios días descubrí que gracias al ingenio de la princesa del pueblo, como algunos la llaman, o Belén Esteban para otros, se pueden adquirir grandes conocimientos de historia. Según la madrileña, la edad media se divide en tres periodos: el paleolítico, el neolítico y, el tercero no tengo el placer de saberlo, ya que Esteban, en ese momento, no lo recordaba (los nervios del directo, supongo). Y no solo eso. Además, siempre es interesante saber que entre los monumentos que hemos heredado de la edad media se encuentra nuestro estimado acueducto de Segovia, y eso que yo siempre pensé que parecía más cosa de romanos. Si este es el tipo de conocimiento que debe tener alguien para que todo lo que haga, diga y piense se convierta en noticia; si con ser maleducada, prepotente, inculta y chillona es suficiente para ser aclamada, no quiero ni imaginarme que llegue un día en que mi hija me diga: "Mamá, quiero ser princesa".

HOSPITAL DON BENITO

Tres enfermospor habitación

Valentín Sánchez Calvo

Don Benito

A lo largo de mi ingreso en la 3 planta de Medicina Interna del hospital Comarcal Don Benito-Villanueva, he comprobado como todas las habitaciones están ocupadas por tres enfermos. Pese a este gran inconveniente, merece la pena valorar la profesionalidad y trato humano con que realizan las tareas las personas destinadas en este servicio. A diario he podido comprobar los esfuerzos e incomodidades (mover sillas, camas...) con que tienen que realizar los distintos profesionales su labor sanitaria, de aseo o de limpieza en un espacio reducido. Nuestra sanidad pública, en lo referente a personal, goza de buena salud.

No puedo silenciar la ausencia de ducha en los baños y los malos olores procedentes de los mismos, y no por falta de limpieza, sino por el envejecimiento de sus instalaciones, ni tampoco considero que el despacho-administración destinado a los facultativos de planta y secretaría, sea lo más adecuado para su cometido.

Los medios de comunicación informan en los últimos días de los proyectos que el Servicio Extremeño de Salud tiene para el área de salud Don Benito-Villanueva, entre ellos el de gran envergadura: construcción de un nuevo hospital. No figura entre ellos la reforma de la 3 planta del actual hospital, hecho que pone en evidencia que los intereses de nuestros gobernantes van por camino diferente al de los ciudadanos. Esta reforma y otras, bien se pudieran acometer con el dinero destinado a expropiaciones de terrenos para construir el nuevo hospital, existiendo la oferta de cesión de 10 ha. por parte del ayuntamiento para su ubicación en las traseras del actual, lo que propiciaría la optimización de recursos humanos y materiales.

En definitiva, se trata, pues, de dirigir y actuar con sentido común, y no refugiarnos en los vericuetos de la burocracia y de la política.

SABER DISCUTIR

Monopolizar el diálogo

Pedro Serrano Martínez

Correo electrónico

Dialogar es hablar en diálogo. Y diálogo es la plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos. Todos conocemos el significado de esta palabra, pero quiero hablar de ella porque, en la práctica, hay personas que parecen olvidarse de la alternancia en el uso de la palabra que debiera darse en cualquier diálogo que se pueda considerar como tal.

Es posible que, alguna vez, usted haya soportado con resignación al típico hablador compulsivo que monopoliza y acapara la conversación sin permitir articular palabra. Si así fuera, seguramente sea usted una persona paciente y educada. Y por ello le advierto de que es usted la víctima ideal para estos monopolizadores de la conversación.

Hay personas a las que parece no funcionarles ese radar que debiera captar las señales que nuestro cuerpo envía a nuestro interlocutor, indicándole que su monólogo nos está aburriendo soberanamente y que nosotros también tenemos cosas que decir. Pero, por si fuera poco, algunos de estos vehementes y desconsiderados interlocutores, con el fin de mantenerte atento durante sus disertaciones, no solo no guardan la distancia física prudente, sino que no dudarán en toquetearte o incluso zarandearte para obligarte a una escucha atenta y activa.