CRISIS Y SELECCION

El fuera de juego de Rajoy

Joaquín León Cáceres

Badajoz

Podemos hacer un paralelismo entre los dos últimos años de la situación de España como consecuencia de la crisis con el inicio de La Roja, nuestra selección de fútbol, en el Mundial de fútbol. Nuestro país, hasta hace dos años envidia y modelo para muchos países; el fútbol de nuestra selección envidia por su juego virtuoso y sin especulación de aficionados de todo el mundo, hasta que perdemos con Suiza. Siguiendo con el símil futbolístico, nuestro país es un equipo donde jugamos todos: políticos, agentes sociales, empresarios, funcionarios-, con un equipo técnico que nos entrena, el gobierno. Pues bien, el entrenador ante los malos resultados y el juego especulativo de otros equipos --países o lobbys de otros países--, decide tomar una serie de medidas en las que pide un mayor esfuerzo y compromiso a los integrantes del equipo, a todos, nos pide responsabilidad, trabajar por el bien del equipo, correr más cobrando menos, con un único objetivo: volver a obtener buenos resultados. Pero hete aquí que el PP como peso pesado de este equipo, juega a la contra, votando en contra de las medidas de ajuste, al igual que el futbolista rácano, que no apoya, que no se sacrifica por el grupo, sino al revés, intenta generar desconfianza, con un solo objetivo: que echen al entrenador, aunque para ello el equipo --España-- pierda. Pero las medidas dan resultados, el equipo empieza a funcionar, el FMI, la UE- reconocen el esfuerzo de España, al mismo tiempo que económica y futbolísticamente Francia, Alemania, Inglaterra- están igual o peor que España. Y en todo esto, los integrantes del equipo que no apoyaron se quedan en su propio fuera de juego .

LA RELIGION Y LA FIFA

Dios también juega en los Mundiales

Elena Baeza

Correo electrónico

Joseph Blatter, ha hecho unas declaraciones diciendo que: "cualquier manifestación religiosa debe quedar fuera del fútbol", o sea que no podrán santiguarse, ni elevar las manos al cielo. Tampoco podrán mostrar la camiseta que llevan bajo el uniforme. Ni católicos, ni musulmanes, ni hindúes- nada. La FIFA, el poder de este mundo, quiere expulsar a Dios del Mundial. La idea detrás de este "mundial laico" es simplemente "no incitar a la violencia", tal como ha dado a conocer Andreas Herrenz, portavoz de la FIFA. ¿Pero cuándo ha habido alguna vez un enfrentamiento en un estadio por un símbolo religioso?

Juan Pablo II definía al fútbol como "una forma de juego, simple y complejo a la vez, en el que la gente siente alegría por las extraordinarias posibilidades físicas, sociales y espirituales de la vida humana".

En este sentido también el Padre Kevin Lixey, experto en deporte y religión ha comentado que "el fútbol es uno de los fenómenos que más pasiones despierta en el mundo, pero al mismo tiempo ayuda a establecer relaciones fraternas entre los hombres de todas las clases, naciones y razas", como dice el número 61 de Gaudium et Spes .

Por mucho que quieran apartar cualquier manifestación religiosa de los Mundiales, Dios está presente en ellos, porque está en todas las cosas.

EN RECUERDO DEL NOBEL

Saramago

Antonio Martín Alegría

Badajoz

José Saramago no será inmortal, sobre todo porque él no creía en eso; pero sí será eterno, porque ha escrito lo suficiente para serlo. Recuerdo que, el primer libro que leí de él fue: Ensayo sobre la ceguera . Lo devoré, acompañado por el traqueteo del tren y durante las diez horas que dura el viaje entre Badajoz y Salou. De esto hace ya casi diez años. Después no he dudado en leer toda su obra. Las casualidades de la vida hizo que precisamente el día antes de su muerte, había adquirido de la biblioteca de Badajoz su última libro: Caín .

Saramago ha sido, junto Fernando Pessoa, los dos grandes intelectuales por excelencia de las letras portuguesas. Desde aquí y aprovechando esta escueta pero sincera carta, brindo mi pésame para todos los que tuvieron la suerte de leerlo.

Al menos se ha librado de enterarse como en Utha (Estados Unidos), cinco pistoleros acribillan a sangre fría a un ser humano al que le han puesto una diana en pleno corazón --seguramente para recordarles dónde está el corazón del que ellos carecen--, mientras que un público animado celebra dicho asesinato. Ojo por ojo, como en el antiguo testamento, ese del que con su última obra Caín , Saramago carga contra toda esa parafernalia .