LEY ANTITABACO

Sacar el humo de sitios cerrados: ahora sí

Encarnación Luque González

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La mayoría de países de la Unión Europea ya tienen una ley del tabaco que defiende la salud de sus ciudadanos, sacando este bien de consumo de lugares cerrados. Inglaterra, Holanda, Alemania, Francia, Italia, Suiza, Malta, Escocia, Irlanda, Estonia, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Lituania, son ejemplos en creciente número. Pero no solo ha pasado ya en Europa, sino que muchos países de América ya tienen también una ley reguladora del consumo de tabaco del estilo: Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Honduras, México, Cuba, y ahora en septiembre saldrá la de Colombia. Visto el panorama internacional, parece que España está en la cola en la lucha contra el tabaquismo.

La clase política tiene en sus manos la reforma de la ley actual y tiene el deber moral de continuar hasta el final por el bien común, por la política sanitaria, porque es una obligación de Estado de primer orden por encima de otros intereses.

Por encima de asuntos económicos discutibles, (segun comentan en otros países la hostelería no sale malparada con estas medidas), el Estado debe establecer esta medida básica para la protección de la salud pública y del bienestar general: expulsar el humo de tabaco de los locales de ocio cerrados, porque debe y porque puede. La aplicación de una ley así hace lustros que debía estar instaurada.

Señor Zapatero y señora ministra de Sanidad: Sí, podemos, y debemos.

ESPAÑA Y EL SAHARA

Cantos de sirena

Patxi Aznar Bellido

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Después de la paliza propinada a los activistas pro-saharauis en el Sahara Occidental ocupado por Marruecos, el presidente Zapatero nos dice que todo va a seguir igual pues hay importantes intereses entre ambos países que tienen que ser salvaguardados. Cuando habla de estos intereses me imagino que se refiere tanto a la venta de material militar español a Marruecos, como al espoleo de los caladeros pesqueros saharauis. Lo que no sé es en qué medida valora el presidente que está ayudando a un país que además de no respetar los derechos humanos ejerce un peligroso nacionalismo expansionista.

El Gobierno, en vez de saldar la deuda histórica que tiene con el Sahara Occidental, que solamente es seguir reclamando con firmeza el referéndum de autodeterminación en la ONU, hace suyas las tesis de Marruecos, y nos dice que se respete la ley que allí manda, que es la marroquí, llevando el conflicto a una situación que como ha reconocido el frente Polisario puede acabar en guerra. Confiar como se dice desde el Gobierno en que no se vuelvan a repetir los incidentes suena más a cantos de sirena que a otra cosa.

DISCRIMINACION

Trabas para una española casada en el extranjero

M. Martínez Tafalia

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Me casé en la República Dominicana con un dominicano, en enero del 2008. En noviembre del mismo año nos denegaron la inscripción del matrimonio en el consulado español en aquel país. Presenté el recurso en la Dirección General de Registros, y año y medio más tarde me dijeron que se había desestimado. Ahora tengo que esperar a tener la documentación que dicho organismo envió a la República Dominicana para reclamarlo por la vía penal, la última que me queda; esto quiere decir que el caso se alargará, por lo menos, hasta el 2012. Después de casi cinco años de matrimonio, ¿me juzgarán por haber cometido el delito de amar a una persona extracomunitaria y dejar que esta me ame a mí? Mientras tanto, estoy sola aquí y mi marido está solo allí, pues sin registro matrimonial él no obtiene el visado para viajar a España.

Quiero que me hagan un juicio rápido, como a los delincuentes que reinciden. O que me traten como a los presos políticos cubanos que han traído hasta aquí. Que las oenegés que se llenan la boca hablando de los derechos humanos me ayuden. Pero no soy la única; en España hay miles de parejas en la misma situación. Son años de felicidad que el Estado niega a quienes no han hecho nada malo, que solo quieren ser felices con la pareja que han elegido. No pedimos nada a nadie, ni ayudas del Gobierno ni nada de eso. Todo lo contrario: estamos pagando todo lo que haga falta para conseguir vivir con nuestro ser querido, y hemos formado la Asociación Pro Derechos de Parejas en la Distancia (Aprodepad). Allí estamos, hablamos cuando estamos desesperanzados y tristes. Y, a nuestro modo, luchamos por cambiar esta situación.