CRITICA POLITICA

El voto no es un juego

Mar Ramos Navarro

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Resulta lamentable el hecho de que cada vez que convocan elecciones el ciudadano siente menos deseos de depositar su voto en las urnas. La falta de argumentos así como el cúmulo de propuestas de imposible cumplimiento, suelen ser el denominador común de la mayoría de los partidos. Eso, cuando no se lanzan a malgastar el dinero público torpemente como ha ocurrido en las recientes elecciones catalanas a base de impresentables videos, con una vaciedad, grosería, e inmadurez, increíbles para los tiempos que corren. Y es que mejor nos iría a todos si en lugar de vender tanto humo como habitualmente hacen y demostrar fehacientemente de falta de imaginación aplicaran como es debido el sentido común ese que dicen es el menos común de los sentidos habida cuenta que el voto no es un juego, sino una cosa tan seria como el deber de todo ciudadano.

CRISIS

Una verdad durísima

Rafael Vargas Rivera

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Palabras, palabras, palabras... ¿Cuántas palabras se han escuchado, dicho y leído de esta crisis? Ayer saqué una dolorosa y terrible conclusión. No quiero que sea desesperante, pero a los hechos me remito. Esta crisis no tiene solución. Punto. Llegué a esta triste verdad, hablando ayer con mi madre, una mujer que ha vivido por su edad, tres vidas de la mía. Y su frase, me abrió los ojos. "Que el Gobierno cree más puestos de trabajo". Más puestos de trabajo... Y me vino la iluminación. ¿Qué puestos?, ¿de qué?, pero sobre todo, ¿quién los crea? Si reducen las plazas de empleo público porque no les pueden pagar, si los empresarios están cerrando sus empresas día sí y día también, si España es un país de servicios, y el servicio se paga con dinero, un dinero que no existe por lo tanto, estamos cayendo en picado, ¿quién los crea?

Piensan como yo verdad, nadie. Lamentablemente lo único que se me ocurre, es que España se dirige irremediablemente a ser un país que va a necesitar ayudas internacionales. O lo que es lo mismo, seremos un país tercermundista. Igual que se ha dicho en la última reunión del G-20, aunque seguro que lo dijeron con mejores palabras, ¡sálvese quien pueda! La única llama de esperanza que veo en este oscuro panorama es, que como antaño, nos apoyemos ciudadano a ciudadano, sin importar las ideologías políticas. Estamos indefensos ante las irresponsabilidades del Gobierno, del poder absoluto de la banca, de las hienas dueñas de las corporaciones que quieren más y más a costa de exprimirnos.

SALUD

La muerte digna

Angel Luis Jiménez

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Se ha abierto un debate al tramitar el proyecto de Ley de cuidados paliativos y muerte digna en el Congreso. Este texto legal pretende asegurar dos derechos esenciales: el morir sin dolor y el cese de lo que se ha llamado ensañamiento terapéutico. Hay quien piensa que resulta escaso, pero se trata de un texto que garantiza al paciente un tránsito sin el menor dolor y el no sometimiento a mecanismos de prolongación artificial de la vida. Andalucía ya tiene aprobada una ley de estas características con amplio consenso social. La ley de muerte digna no incluye ni la eutanasia ni el suicio asistido. La Iglesia tiene dudas. Y yo medito y me surgen preguntas esenciales como: ¿El hombre tiene que morir con dolor? ¿Se puede prolongar la vida artificialmente? ¿Quién decide sobre la muerte el cura, el médico o el enfermo y su familia? ¿De quién es la vida de Dios o del hombre? ¿A quién pertenece? Cada uno debe responderlas por sí mismo.

VIOLENCIA DE GENERO

Silencio, se rueda

Angeles Sánchez Guerra

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Como si de una película se tratase, así es la vida de alguna mujer: se levanta a diario pensando que su vida no es esa, que esto que vive es una película con un mal guión, pero ella no se siente la actriz, él, su marido, amante, amigo, es el que interpreta todos los días un gran papel, el papel de su vida, le grita, la menosprecia, la agrede, la insulta; ella lo desconoce, no es la persona con la que ella decidió compartir su vida y sus sueños. El va a su trabajo, ella trabaja en casa sin descanso para que todo esté a punto cuando llegue su esposo; el gran actor todos los días interpreta su papel, el de amantísimo esposo, padre y amigo, como si de una película se tratase; así es la vida de cientos de mujeres maltratadas por sus parejas, pero no se trata de una película, es la vida real.