WEwn marzo pasado, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona , presentó un informe al Consejo de Ministros en el que alertaba de la situación de sequía que padece nuestro país y de las actuaciones que había que acometer para paliarla. A Extremadura correspondían varias, desde La Vera a Tentudía, calificadas como actuaciones de emergencia. Pues bien, unas se han acometido, las que corresponden a las comarcas de La Vera, Río Tamuja y Trujillo-Santa Lucía, pero otras no. Desde aquel 10 de marzo se han producido retrasos en la autorización de las obras y, algunas de ellas, no han tenido ´luz verde´ hasta el pasado 30 de junio y, consecuentemente, no estarán concluidas durante el verano. Es decir, servirán, en todo caso, para el futuro. Mientras tanto, hay comarcas en el sur extremeño que viven con la incertidumbre de si tendrán agua suficiente para atender todas sus necesidades, y ante la hipótesis de que no haya, han decidido restringir el riego, las piscinas particulares o el lavado de los coches.

No ha habido una explicación de las causas de esta lentitud de la Administración en acometer las obras para que los municipios se provean de agua y, en consecuencia, hay comarcas que el único remedio que les queda es encomendarse al cielo.