En los últimos meses han alzado sus voces de protesta en varias ciudades españolas, tanto colectivos vecinales como organizaciones representativas del pequeño comercio, contra esa especie de patente de corso que muchos establecimientos regentados por ciudadanos asiáticos parecen tener en su libre actividad empresarial.

Sé que es fácil caer en la demagogia y no quiero que se me acuse de esto o de xenofobia, pero es hora de exigir a las autoridades, centrales, autonómicas y locales que vigilen estrictamente estos comercios y les hagan cumplir la ley.

No necesito leer la prensa para saber las quejas de los colectivos que protestan, en mi ciudad lo veo cotidianamente: muchos de los establecimientos regentados por ciudadanos asiáticos no respetan horarios de apertura y cierre, no respetan los días festivos en que se puede mantener abierta una tienda, no respetan las normas de etiquetaje en los productos que venden, en algunos casos ofrecen de forma obscena productos falsificados, en contra de la ley de propiedad intelectual y de marcas...

XEN FINx, me dicen algunos de los autónomos de ASNEPA que incluso no cumplen debidamente con las obligaciones de dar de alta a sus empleados en la Seguridad Social y que bordean la ley en materia fiscal, además de ignorar las ordenanzas municipales.

También me llegan quejas respecto al incumplimiento de las normativas sanitarias entre otras irregularidades como es vender de todo a cualquier hora, cualquier día y sin control alguno sobre su actividad comercial, lo cual crea un agravio comparativo con los comerciantes respetuosos de la ley.

Yo no quiero que haya conflictos entre empresarios nativos y foráneos, sólo quiero exigir que la autoridad competente controle y haga respetar la ley a estos establecimientos antes de que algunos exaltados quieran tomarse la justicia por su mano y tengamos un serio problema de orden público y de brote xenófobo abierto.

Por último, planteo otra cuestión que pido que se me conteste desde el Gobierno: ¿Cómo es posible que sea el colectivo asiático el que acceda en mayor número y, aparentemente, con mayor facilidad, al autoempleo, es decir, que se da de alta como autónomo en el Régimen Especial de la Seguridad Social y el resto de colectivos inmigrantes recibe toda una serie de impedimentos y trabas para ello cuando toma esa decisión, siendo en muchos casos personas con probado arraigo en España y medios económicos y capacidades para montar su propio negocio?

Espero una respuesta y en cualquier caso desde ASNEPA pedimos cambios legales para que todos los inmigrantes que quieran y puedan reciban el permiso de residencia y trabajo por cuenta propia con la mayor diligencia, pues son puestos de trabajo y aporte a la riqueza de la economía nacional. La ley ha de ser igual para todos.

*Delegado de ASNEPAen Extremadura