Médico

En la antigüedad, la dedicación a la "política" era considerada una tarea noble a la que podía entregarse la persona, al menos ese era el concepto de los estoicos. Quizás Maquiavelo años después no pensara de idéntica forma.

Hoy parece que los tiempos están cambiando y el desinterés de la sociedad por la política se hace palpable, parece estar en periodo de desahucio , al igual que el médico cuando pierde la confianza en el proceso del enfermo.

No existen valores, ni reglas y el vale todo con tal de obtener votos y con ellos el poder, están a la orden del día. A diario observamos la guerra sucia , tanto en el ámbito nacional, regional o local, agudizada cuando se avecinan elecciones, y también en periodo postelectoral, cuestión al uso en estas fechas. Los partidos cambian sus estrategias políticas cuando no los electos --que se convierten en tránsfugas o traidores-- al disponer de su acta en propiedad, a pesar de haber acudido bajo unas siglas, pudiendo desestabilizar la voluntad popular sin el más mínimo pudor.

Vemos como está al uso: la mentira política , el insulto soez, las acusaciones no bien fundamentadas, las declaraciones públicas falsas con el único interés de confundir a la opinión pública y embarbascar el charco, sin considerar los efectos y consecuencias de sus actos. Pero en mi opinión lo que hay que cuestionar en todo este embrollo diario entre políticos de distintos partidos, cuando no del mismo, es la actitud ética --también a veces la estética es importante-- del debate planteado.

Estas actitudes producen en la sociedad un rechazo; algunos ya lo han notado recientemente, aunque a veces haya que esperar a próximos comicios.

Se dice que la ciencia va por delante de las leyes, que se van acoplando según la demanda social y la ética, como ciencia de los valores, sirve de control a los avances científicos que se van produciendo; aunque en todos los tiempos hubo quien rompió las reglas.

Haciendo un cierto símil, no me parece que la politocología , --en aquello que se refiere a los tránsfugas y traidores-- siga un modelo idóneo. No es cuestión de acuerdos entre partidos, que luego no se cumplen, como estamos comprobando por las declaraciones de los responsables de los estos. Es necesario legislar lo procedente para que no ocurran, barreirazos, piñerazos, gordillazos y areitazos , o tamayazos , sin olvidar los pequeños episodios locales, no por ello menos importantes, que haga buena a la "democracia .

Por ello, se deben poner en marcha los resortes legales oportunos que impidan que estos personajes se aprovechen del sistema. ¿No interesa a los partidos? ¿Por qué dejarlo al albur de la ética política?