Como muchas otras leyes, la ley de dependencia está mal hecha desde el principio y va empeorando con el tiempo. Es una ley española que crea el actual Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, que es el conjunto de servicios y prestaciones destinados a la promoción de la autonomía personal, así como a la protección y atención a las personas, a través de servicios públicos y privados concertados debidamente acreditados. Las personas estaban catalogadas por tres grados de dependencia: Los últimos, los del grupo 3, son los grandes dependientes. El motivo que origina mi queja es que desde el año 2015 cualquier persona con grado 1 no puede cobrar la dependencia de una persona que tiene a cargo a alguien con grado 3. O sea, que tiene el mismo trabajo pero sin la cantidad que estaba cobrando desde hace tiempo. Como se pueden imaginar es un caso que me toca muy de cerca. Mi madre, con grado 1, cobraba por cuidar de su cuñada, con grado 3. las dos viven solas y tienen alrededor de 80 años. Ya no cobra lo que le corresponde como dependiente de grado 1, pero el trabajo lo tiene igual. Ahora mismo ella se arrepiente mucho de haberse acogido a la ley. Parece que todo valga para que la Administración deje de pagar.