Dicen que Cataluña gana democracia porque podrá ejercer el derecho de autodeterminación, sin ninguna garantía democrática más allá de la buena fe de los independentistas que son juez y parte en este proceso. La realidad es que se liquida el Estado democrático y de derecho. Las leyes que acaba de aprobar el Parlament suponen no solo la liquidación de todas las garantías de los procedimientos democráticos, sino dotar a la mayoría parlamentaria y por tanto al presidente de plenos poderes (incluso por encima de los derechos fundamentales de los catalanes).

La ley del referéndum es un auténtico engaño: elimina todas las garantías democráticas de un proceso electoral, por lo que el resultado estará en manos de los independentistas (algo inédito en cualquier democracia occidental).

Y la ley de transitoriedad supone la liquidación del Estado democrático social y de derecho al generar una ley orgánica sin la legitimidad (de mayoría cualificada) exigida y por tanto con una legitimidad muy inferior a la ley orgánica que pretende sustituir. Además dota de plenos poderes a la mayoría política al convertir los derechos fundamentales de los ciudadanos en leyes de segundo rango, modificables sin problema con una mayoría parlamentaria de gobierno.

Por si esto fuera poco, supedita el poder judicial a la mayoría parlamentaria que podrá incluso eliminar sus sentencias, destruyendo así toda división de poderes.

La realidad es que se pretende una democracia sin mayor garantía que la buena fe de quienes ostentan el poder. Creo que la ciudadanía catalana merece algo más.